La Confederación Nacional de la Construcción (CNC) ha presentado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico un proyecto, que contará con la participación de Andimac, para fomentar la economía circular en el ámbito de la empresa como instrumento para la recuperación.

El proyecto tiene como objetivo, por un lado, en caso de resultar viable, implantar una gestión trazable de los RCDs, eliminando así el 30% de gestión descontrolada actual, y alcanzar un porcentaje de reciclaje y reutilización de los RCDs superior al 70%, frente al 39% actual.

Y por otro, desarrollar un programa de formación en materia de economía circular para operarios y mandos intermedios, para la mejora continua de los conocimientos y las habilidades de la mano de obra de la industria de la construcción en toda la cadena de valor de la construcción. Se trataría de una formación especializada de corta duración en materia de economía circular, dirigida a operarios (8 h) y mandos intermedios (8 h), y con un enfoque transversal que permitiera entender todo el ciclo de vida de los proyectos de construcción y promueva el entendimiento entre todos los niveles competenciales de los perfiles profesionales involucrados.

También contemplaría una serie de actuaciones de difusión y concienciación, con el objetivo de sensibilizar a las empresas sobre la importancia de la correcta gestión de residuos en construcción y la prevención de los mismos, con el fin de impulsar esta cultura dentro de las propias compañías, sus negocios y sus proveedores.

La importancia de la economía circular

En los últimos años, y más especialmente desde 2020 a raíz del Covid-19, se ha puesto de manifiesto la necesidad de cambiar el foco, de manera que toda actividad económica debe tratar de combatir el cambio climático y fomentar la economía circular.

El sector de la construcción, por sus características intrínsecas, tiene vocación de sostenibilidad. Juega un papel clave en la lucha contra el cambio climático, por ejemplo, mediante la adaptación de las infraestructuras y edificaciones costeras a posibles subidas del nivel del mar, ya sean puntuales o permanentes; la adaptación de nuestras ciudades a las altas temperaturas, mediante un planteamiento urbanístico que contemple zonas arboladas y de sombra; la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero mediante la mejora de la eficiencia energética de nuestro parque edificado y mediante el impulso de las infraestructuras de transporte que favorezcan aquellos medios menos contaminantes, como puede ser la creación de carriles bici o la mejora de las infraestructuras ferroviarias.

Pero, a su vez, es un sector que consume gran cantidad de recursos naturales. Según datos de la Comisión Europea, el sector de la construcción gasta el 50 % de los materiales naturales extraídos y genera el 25 % del total de residuos de la UE. Además, en España sólo el 40,9 % de los residuos de Residuos de Construcción y Demolición (RCD) declarados son valorizados de alguna forma, cuando el objetivo establecido a nivel comunitario para 2020 es del 70 %. En este sentido, se estima que el 24 % de los RCD se deposita en vertedero y un 30 % aún supone un vertido incontrolado (RCD Asociación, «Producción y Gestión de RCD en España 2010-2015» 2015).

El paso a una economía más ecológica y sostenible traerá consigo transformaciones fundamentales en el sector creando la necesidad de nuevas competencias, así como el desarrollo de fuertes alianzas para el ajuste de los actuales planes de formación y cualificación. En este contexto, es esencial una mejor orientación y coordinación de las acciones e instrumentos para crear las condiciones necesarias para apoyar el empleo verde, superar las lagunas competenciales y la escasez de mano de obra, y anticiparse a los cambios en las necesidades de capital humano.

Hasta ahora, las competencias medioambientales no se abordan de forma adecuada en la oferta de Formación Profesional inicial y continua del sector, lo que da lugar a una mano de obra poco cualificada en la materia. Esto provoca una grave desconexión entre el diseño de un proceso circular en la edificación y su ejecución, lo que limita la eficacia de las medidas medioambientales. Por ello, se considera necesario incluir una formación que contemple los criterios, principios y conceptos de la economía circular adaptados a los distintos perfiles profesionales, para poder desarrollar en el sector todo el potencial de economía circular.

Así pues, la transición hacia una industria de la construcción sostenible, competitiva y que responda a los retos medioambientales requiere el desarrollo de un plan de formación que favorezca el desarrollo de competencias, así como de medidas de concienciación, dirigidas al tejido empresarial, constituido principalmente pymes.

De llevarse a cabo, Andimac participaría en el desarrollo del programa de formación y en las acciones de difusión de este ambicioso proyecto, junto con otras organizaciones como la Fundación Laboral de la Construcción, la Plataforma Tecnológica Española de la Construcción (PTEC), la Confederación Española de Asociaciones de Fabricantes de Productos de Construcción (Cepco), la Asociación Nacional de Fabricantes de Tableros (ANFTA), el Instituto Tecnológico del Plástico (Aimplas), la Asociación Española de Reciclaje de Residuos de Construcción y Demolición (RCDAsociación), Arthursen, como consultora de negocio responsable de coordinación y estudios; y Enclave Ambiental, como proveedor del conocimiento de RCDs y de los RAP.